The Proposal

Natacha grew up dreaming of two things: tacos and Paris. She'd spent her whole life surrounded by one, so it was only right to treat her to the other for our proposal. The plan evolved over the summer. I bought the tickets in July and immediately began researching locations. With some help from friends, I settled on Parc Monceau, a leafy oasis in the north of the city away from the crowds surrounding its famous monuments. Natacha is shyer than I am, and a private engagement with our moms there would be meaningful to her. This began the coordinating of the plan with my mom, who would need to be invisible that first day so she could surprise Natacha after the proposal. I bought the ring after much vacillation. The trip would be full of surprises-Natacha didn't know much about it since I had visited her job secretly to request her time off. I also planned an excursion to Natacha's second dream destination-Ireland. After Ireland, we were to fly to Amsterdam and Belgium with a final day stop in London.

The summer passed quickly and October 7 arrived-our second anniversary from when we began talking. Jetlagged from our flight, we were jsut too excited to pass up the chance to visit Notre Dame, Pont Neuf, and get some crepes! After lunch, we decided to go to our flat and take a nap. This part was crucial because it allowed me to surreptitiously meet my mom in the park, hand off my camera equipment and plot my exact location. I rushed back home, wishing for a time machine to add 15 minutes to the day so I could take a much needed rest, but I was too excited and we were running out of time quickly. I showered and told Natacha we should do a photo shoot so she should dress nicely. We headed out and it was the longest trip of my life. In the park, things didn't go as planned initially. The spot I had chosen was now inundated with school kids, and Natacha's mom forgot her cue to disappear.

A quick consultation with my mom allowed time to set up the cameras, deliver Natacha's mom to her position, and return to Natacha. I had written a letter to Natacha with strategic letters capitalized that spelled out "WILL YOU MARRY ME?" at the end. I was wearing the socks I wore when we first started talking and the same outfit from when I surprised her after returning home from Colombia early to begin our relationship. After walking over a bridge, I handed her the letter and we sat. Natacha would later reveal that she anticipated an engagement at some point during our time in France, but was completely shocked it was happening this early! This was the moment she knew it was about to happen. She maintained her composure, and surprisingly so did I. I wasn't nervous-just excited! She read the letter faster than I imagined and she nodded yes and we both shed a few tears. After I put the ring on her finger (and realized it was a size too big!) we hugged and I pointed out our moms standing there watching. It was the start to an unforgettable trip filled with food, fun, learning and adventure in multiple countries-hopefully a harbinger of our life together!

Natacha creció soñando con dos cosas: tacos y París. Había pasado toda su vida rodeada de uno, y quería darle el otro por nuestra propuesta. El plan evolucionó durante el verano. Compré los boletos en julio e inmediatamente comencé a investigar ubicaciones. Con la ayuda de mis amigos, me decidé en Parc Monceau, un oasis en el norte de la ciudad, lejos de las multitudes que rodean sus famosos monumentos. Natacha es más tímida que yo, y un compromiso privado con nuestras madres allí sería significativo para ella. Esto comenzó a coordinar el plan con mi madre, que tendría que ser invisible ese primer día para poder sorprender a Natacha después de la propuesta. Compré el anillo después de mucha vacilación. El viaje estaría lleno de sorpresas: Natacha no sabía mucho al respecto, ya que había visitado su trabajo en secreto para solicitarle tiempo libre. También planeé una excursión al segundo destino soñado de Natacha: Irlanda. Después de Irlanda, íbamos a volar a Amsterdam y Bélgica con una última parada en Londres.

El verano pasó rápidamente y llegó el 7 de octubre, nuestro segundo aniversario desde que comenzamos a hablar. ¡Lanzado en avión desde nuestro vuelo, estábamos demasiado emocionados como para dejar pasar la oportunidad de visitar Notre Dame, Pont Neuf y conseguir algunos crepes! Después del almuerzo, decidimos ir a nuestro piso y tomar una siesta. Esta parte fue crucial porque me permitió conocer subrepticiamente a mi madre en el parque, entregar mi equipo de cámara y trazar mi ubicación exacta. Me apresuré a regresar a casa, deseando que una agregara 15 minutos al día para poder tomar un descanso muy necesario, pero estaba demasiado emocionado y se nos estaba acabando el tiempo rápidamente. Me duché y le dije a Natacha que debíamos hacer una sesión de fotos para que se vistiera bien. Salimos y fue el viaje más largo de mi vida. En el parque, las cosas no salieron según lo planeado inicialmente. El lugar que había elegido ahora estaba inundado de niños de la escuela, y la madre de Natacha olvidó su señal para desaparecer. Gracias Vickie ;)

Una rápida consulta con mi madre permitió tiempo para configurar las cámaras, entregar a la madre de Natacha a su posición y regresar a Natacha. Había escrito una carta a Natacha con letras estratégicas en mayúscula que explicaban "Césate conmigo?" al final. Estaba usando los calcetines que usaba cuando comenzamos a hablar y el mismo atuendo de cuando la sorprendí después de regresar a casa desde Colombia temprano para comenzar nuestra relación. Después de cruzar un puente, le entregué la carta y nos sentamos. Natacha luego reveló que anticipó un compromiso en algún momento durante nuestro tiempo en Francia, ¡pero estaba completamente sorprendida de que sucediera tan temprano! Este fue el momento en que supo que estaba a punto de suceder. Ella mantuvo la compostura, y sorprendentemente yo también. No estaba nerviosa, ¡solo emocionada! Leyó la carta más rápido de lo que imaginaba y asintió con la cabeza, sí, y las dos lloramos un poco. Después de poner el anillo en su dedo (¡y me di cuenta de que era un tamaño demasiado grande!) Nos abrazamos y señalé a nuestras mamás que estaban allí mirando. Fue el comienzo de un viaje inolvidable lleno de comida, diversión, aprendizaje y aventura en varios países, ¡con suerte un presagio de nuestra vida juntos!